Buen martes a todos,
Esto es la continuación de la newsletter de la semana pasada: el origen de la cartografía para ciegos. Si aún no lo habéis leído, os recomiendo que lo echéis un vistazo antes de seguir.
A lo largo del siglo XIX, a pesar de la existencia de algunos colegios dedicados a la enseñanza para personas ciegas y de un cierto conocimiento sobre la necesidad de utilizar herramientas diferentes, no había ningún tipo de normativa. Cada escuela, con la limitación de sus medios y experiencias, diseñaba programas distintos que adaptaba continuamente para que los alumnos pudieran obtener el mejor rendimiento posible de su etapa educativa.
Los alumnos con capacidad de ver, desde que eran jóvenes, tenían acceso a un sistema de escritura que, una vez interiorizado, facilitaba la lectura y aprendizaje de prácticamente cualquier materia. Los alumnos con ceguera, sin embargo, no tenían esa inmediatez, lo cual generaba limitaciones en el avance, ya que prácticamente de forma continua dependían de profesores o maestros dedicados de forma plena a ellos. Por supuesto, era posible utilizar letras el relieve, pero los materiales para poder escribir largos textos eran caros y, al realizarse de forma manual, se rompían con cierta facilidad.
En 1815, Charles Barbier, un inventor francés obsesionado con la taquigrafía y formas avanzadas de escritura, publicó el libro Essai sur Divers Procédés D'Expéditive Française, Contenant douze écritures différentes, avec une Planche pour chaque procédé. En él Barbier describía 12 nuevas formas de escritura, una de las cuales consistía en una cuadrícula de dos columnas y seis filas, en la que distintas combinaciones de puntos en cada posición representaban distintas letras o grupos de letras comunes en francés.
Este nuevo sistema de escritura, conocido como escritura nocturna, estaba ideado para ser escrito mediante papel grueso y punzón, de tal modo que pudiera ser utilizado por la noche. Esto fue lo que motivó a Barbier a presentar su sistema de escritura en L'Institution Nationale des Jeunes Aveugles, la escuela para ciegos fundada en París por Valentin Haüy. La idea tuvo una buena aceptación inicial, tanto por parte de profesores como de alumnos, ya que la alternativa que utilizaban en aquel momento era crear relieves de letras, lo que requería una gran complejidad técnica. Por ello se intentó implantar como parte fundamental del sistema educativo, pero pronto fue evidente que el alto número de puntos de cada letra, entre 2 y 12, hacía la escritura lenta y la lectura excesivamente farragosa.
Louis Braille, una escritura para ciegos
Luis Braille nació en 1809 y, a los tres años, por una infección, perdió la vista en los dos ojos. A pesar de ello, destacó en sus estudios rudimentarios, gracias a lo que pudo conseguir una beca para continuar su educación a los 10 años en L'Institution Nationale des Jeunes Aveugles. Un año después de entrar en la escuela, accedió a la presentación de Barbier y quedó fascinado por su planteamiento de sistema de escritura.
Pronto se percató de que, el principal problema que tenía la escritura nocturna es que requería que la punta del dedo recorriera los doce puntos, lo que impedía fluidez en la lectura. Ello le llevó a diseñar un nuevo sistema de escritura con la mitad de puntos, dos columnas de tres puntos, lo cual podía abarcarse con facilidad con la punta del dedo, permitiendo desplazarse con rapidez a lo largo de los distintos caracteres. Braille se pasó hasta los 20 años trabajando en mejorar este sistema y, al finalizar sus estudios, se quedó en el instituto para ciegos de París como profesor.
La vida de Braille no fue magnífica, ya que murió a los 43 años, después de pasarse más de diez con tuberculosis. Aún así, su sistema de escritura poco a poco se expandió por distintas partes de Francia hasta que, en el año 1854, uno después de su muerte, el sistema Braille se instauró como oficial en todo el país para la enseñanza de personas con ceguera. En 1860, el sistema llegó por primera vez a Estados Unidos y, de este modo, convirtiéndose en ese mecanismo de unificación tan necesario para este tipo de enseñanza.
Los mapas para ciegos también comenzaron a introducir poco a poco cambios gracias al Braille. Inicialmente sólo eran pequeños detalles en mapas a relieve para recalcar la intención y contexto del mapa, como este mapa de Norteamérica publicado en Río de Janeiro en 1858. Llevó algo varias décadas el comenzar a introducir el Braille para etiquetar países, ciudades o accidentes geográficos, pero a comienzos del siglo XX ya se había convertido en la norma.
En algunos de los colegios especializados en ceguera, como la Perkins School, los planos de las instancias también se adaptaron para que cualquier alumno, a pesar de sus problema de vista, pudiera moverse con soltura por el centro desde el primer día. En la Perkins School disponían de planos detallados de la planta principal y la primera planta, en la que se podía ver la disposición de pasillos, habitaciones y escaleras, así como la utilidad de cada una de las estancias descritas en el mapa.
Uno de los mapas más fascinantes y, precisamente el que me llevó a escribir esta serie de artículos sobre cartografía para ciegos, es esta representación de Europa en 1915, justo tras el estallido de la Primera Guerra Mundial. Se desconoce prácticamente todo sobre el mapa, más allá de que se conserva esta imagen del mismo en la colección fotográfica de Bain News Service. Por la disposición de las fronteras y la referencia a la guerra en Europa, parece apropiado estimar que el mapa está datado en 1915.
Martin Kunz, el primer atlas en braille
Martin Kunz nació se convirtió en 1881, a los 34 años de edad, en el directo del instituto para ciegos de Mülhausen, en Alsacia (Francia / Alemania). Allí comenzó a construir mapas en madera, pero pronto se pasó a realizar planchas para poder generar una gran producción de dibujos, mapas y globos terráqueos destinados para invidentes.
Hay constancia de que realizó al menos 87 mapas, los cuales se imprimieron más de 100.000 veces. Su mercado fue principalmente Europa, pero dada su gran calidad, la producción llegó también a los Estados Unidos. Casi todos estos mapas se agruparon en Relief-Atlas für Blinde, un atlas que intentaba unificar toda su producción entre los años 1887 y 1909. De él se conservan varias copias, las cuales carecen de consistencia entre sí, ya que algunos representaciones únicamente están disponibles en algunas copias concretas.
No todos los mapas incluidos en el atlas hacen el mismo uso del braille. Los más antiguos casi lo usan exclusivamente para el título y las coordenadas, como en el caso del mapa de España y Portugal. Y en los más modernos, sí que se puede observar un uso intensivo de braille para nombrar estados o ciudades, como son los casos de los mapas de Estados Unidos y del Reich alemán. A continuación os dejo esos ejemplos, pero también os recomiendo consultar el resto de mapas disponibles en la copia de la Perkins School.
Y hasta aquí la newsletter de hoy. Empecé a escribirla hace unos días con la idea de recorrer toda la historia de la cartografía para ciegos en un sólo día, pero dado el gran volumen de información, decidí dividirla en tres partes, siendo esta la segunda. La última saldrá la semana que viene.
Edición - Aquí está la serie completa:
Fuentes y más información:
The Blind in History and Society: Wisdom vs. Despair - Mehmet Emin Demirci
The Blind in French Society from the Middle Ages to the Century of Louis Braille - Zina Weygand
Before Braille: A Brief History of Visual Impairment and Education
Rare atlas of raised relief maps for use by the visually impaired
BART Tactile Mapping Project of the Blind - LightHouse for the Blind and Visually Impaired
Mapas geográficos para personas ciegas y deficientes visuales - F. García Soria, P. Ruiz Prieto