Buen martes a todos,
De pequeño tenía muchos problemas para comer. Hace cuarenta años no se hacían demasiadas pruebas, así que el diagnóstico que durante muchos años algunos médicos dieron a mis padres fue que era un niño malcriado al que le gustaba llamar la atención. Me atragantaba de forma continua, y el problema es que la comida no terminaba de pasar, así que la única forma de solucionarlo era expulsar el trozo de comida que se quedaba atascado. Esto se terminó desarrollando en mi adolescencia en dos importantes adaptaciones: tardaba en comer cualquier cosa una hora larga y, en caso de que algo se atascase, tenía capacidad de ir al baño y expulsar únicamente lo que se había quedado atascado en el esófago. Toda una virtud.
El punto de inflexión llegó el 6 de junio de 1998 (sí, hay fechas que a algunos se nos quedan grabadas a fuego). Estaba en la boda de una prima y, mientras comía cordero, un cacho se quedó atascado en el esófago. Tenía 16 años y había mucha gente a mi alrededor a quien no quería dar explicaciones de más si me levantaba al baño, así que decidí que con otro cacho más pasaría. Y bueno, para sorpresa de nadie, no pasó. Me levanté al baño, pero eso ya no iba ni para adelante ni para atrás. En otras palabras: la había cagado. Por ahí no pasaba ni agua ni saliva, lo cual tiene una serie de consecuencias que no voy a comentar porque pueden ser algo agobiantes para muchos.
Debido a varias cuestiones relacionadas con vivir en una ciudad pequeña y el acceso a determinados médicos especialistas en fin de semana y un viaje a Madrid en ambulancia, la solución llevó algo más de tiempo, pero resumiendo: en quince horas estaba de vuelta en casa sano y salvo y con un gran trozo de magro extirpado de mi esófago. Parecía que la solución estaba cerca, pero tuve mala suerte con un médico de digestivo que me tocó, por lo que nada avanzó hasta que no cambié de médico siete años más tarde. Aquí la otra fecha de esas que se te quedan grabadas para siempre, el 22 de noviembre de 2005. Aquel día me ensancharon el esófago y, de la noche a la mañana, literalmente, comencé a poder comer como una persona normal.
Para que sea más fácil entender la dificultad que tenía para comer. En tan solo seis meses después de la intervención, y gracias a la nueva medicación, pasé de 70 kilos a 85 kilos de peso, y de repente estaba expuesto a lo que, hoy en día, es el gran placer de mi vida: comer. Con los años y más pruebas, se pudo determinar que lo que tengo es una esofagitis eosinofílica que se manifestó de forma sorprendentemente precoz. Y si bien es una enfermedad crónica, tengo la suerte de que la puedo controlar perfectamente con medicación sin tener que preocuparme de otras posibles consecuencias.
Cualquiera que me conozca sabe que me gusta comer mucho, tanto a la hora de probar cosas nuevas, como cuando es cuestión de disfrutar de los placeres de siempre. La gran pena es que no tengo ni el tiempo ni el dinero para poder viajar por todo el mundo y disfrutar de la fascinante cocina local que tiene cada país, cada ciudad, cada rincón. Es por ello que priorizar es algo importante, pero para eso hay que conocer de alguna manera qué tiene el mundo que ofrecer.
Y precisamente os voy a traer un archiconocido mapa para intentar responder a esa pregunta. Para que podáis explorar el mundo desde el punto de vista de la comida típica de cada lugar.
El atlas mundial de la comida
Taste Atlas es un proyecto que comenzó de manos del croata Matija Babić en el año 2015. Después de tres años de investigación y desarrollo, lanzó finalmente en 2018 la web con más de 5000 platos y bebidas típicas de todos los rincones del mundo. Esta enciclopedia de la comida mundial, además de ser un gran referente para entender las distintas cocinas, también tiene un fascinante mapa interactivo que facilita la navegación por cada uno de los platos en cada una de las regiones del mundo.
Los platos que son característicos exclusivamente de una región o ciudad, aparecen asociados a ese sitio, mientras que los que son típicos de una región más amplia o de un país aparecen agrupados a ese nivel. Del mismo modo, el mapa interactivo también permite filtrar por tipos de comida concretos, por lo que es posible emplear un buen rato navegando por los distintos quesos del mundo, de los que hay registrados en su base de datos 1365 a fecha de hoy.
La web ha evolucionado en los últimos cinco años y ya tiene más de 10.000 platos típicos y más de 6.000 ingredientes locales. Además, la web tiene un componente social, mediante el que distintos usuarios pueden valorar cada uno de los platos disponibles, lo que permite evaluar la popularidad de los distintos platos para así priorizar los que se muestran en un mapa. Del mismo modo, cada plato e ingrediente tiene su propia web en la que puedes ver una breve descripción de lo que es, cómo se elabora y cuáles son sus cualidades particulares.
Para finalizar, os voy a dejar una lista con los que son algunos de mis platos favoritos típicos de todo el mundo. No creo que veáis nada creativo, pero soy de aquellos que piensa que lo popular es popular por algo:
Hummus (Beirut, Líbano) - pero cualquier variante me vale.
Esta entrada con este mapa me parece un auténtico tesoro!!!