Buen martes a todos,
El mapa que os traigo hoy, por lo general, habría sido simplemente un mapa más de los que voy colgando cada día en la web. Pero en cuanto me puse a indagar en los detalles que se pueden extraer del mapa, me pareció mucha mejor idea tratarlo en la newsletter.
Como muchos sabéis, me fascina la propaganda. Es un algo que he estudiado a fondo, no solo en el ámbito de los mapas y la cartografía, sino también en cuestiones mucho más amplias, como son los medios utilizados, los temas tratados y cómo se ha transformado a lo largo de la historia. He leído mucho sobre retórica y oratoria, sobre la importancia del relato y las formas duras y suaves de la propaganda. Con el mapa de hoy, además de echar un vistazo al mapa en sí y a los datos que expone, que son interesantes por sí mismos, voy a explorar un poco más cómo se puede hacer una lectura más crítica para tener más herramientas y ser menos vulnerable ante la propaganda que nos bombardea día tras día.
Sin más, vamos a por ello.
El mapa
Se trata de un mapa interactivo que lleva el mismo título que la newsletter, pero en inglés: “ISRAEL-PALESTINE MEDIA BIAS”. Esto se puede traducir como “Israel-Palestina, el sesgo de los medios”. A continuación podéis ver el mapa y, si pulsáis sobre él, podéis consultar la versión interactiva.
Ahora voy a intentar describir el mapa de forma aséptica.
El mapa pretende mostrar cuál es el sesgo que existe en cada país sobre la situación entre Israel y Palestina. Mediante un análisis de artículos de noticias escritos en inglés, publicaciones en Instagram y mensajes en Twitter, el mapa da una puntuación a cada país que va desde -100 hasta +100. Los números negativos muestran una inclinación hacia Palestina, mientras que los números positivos muestran una inclinación hacia Israel.
Estas puntuaciones están representadas en el mapa utilizando distintos colores:
Azul oscuro: Muy pro-Israel (De +40 a +100)
Azul claro: Ligeramente pro-Israel (De +10 a +40)
Morado: Neutral (De -10 a +10)
Marrón claro: Ligeramente pro-Palestina (De -40 a -10)
Granate / Rojo: Muy pro-Palestina (De -100 a -40)
Además, en cada país también se muestra un círculo, cuyo tamaño representa el número potencial de consumidores de esos medios.
En la parte inferior se muestra una correlación entre el porcentaje de población musulmana en cada país respecto a su puntuación (pro-Palestina vs. pro-Israel).
En gris claro, en la parte inferior, hay más información importante sobre el mapa. Los datos están obtenidos de Similarweb, oosga.com y statista.com. El trabajo ha sido realizado en colaboración con el Centro de Inteligencia Civil de Israel y el diseño es obra de Nir Smilga. La primera publicación fue el 17 de noviembre de 2023, y fue actualizado por última vez el 24 de noviembre de 2023. No hay detalles sobre qué cambios se efectuaron.
En la versión interactiva se puede navegar por las distintas regiones (Norte América, Sudamérica, Oceanía, África, Europa y Asia). También se puede filtrar por los resultados específicos de noticias en inglés, publicaciones de Instagram y mensajes de Twitter.
Y hasta aquí la descripción del mapa, tal cual se ve. Ahora vamos a intentar darle contexto al mapa. Os recomiendo que abráis el mapa en otra pestaña, porque me voy a explayar.
El lenguaje y el diseño
Voy a comenzar con que me llamó la atención al ver por primera vez esta infografía, que es todo lo relacionado con la terminología utilizada y el uso de los colores.
Lo primero el título: “Israel-Palestina, el sesgo de los medios”. Pero, ¿por qué habla de sesgo? En realidad, el autor lo que está evaluando es el sentimiento general de los mensajes analizados, pero no los evalúa en detalle para poder determinar si se trata de un sesgo o no. Hasta aquí sería posible que la elección fuera interesada o una equivocación, pero sabemos que el autor es consciente de este problema, según este comentario de Reddit del 23 de noviembre, y en la última edición, del 24 de noviembre, no lo cambió. Esto nos permite decantarnos por interpretar que la utilización de “sesgo” y no de “sentimiento” es intencionado.
Siguiendo con el título, en él se obvia qué cuestión sobre Israel y Palestina se está intentando tratar. En esta cuestión yo interpreto que el autor evita la confrontación para dar visibilidad a su trabajo y evitar que la gente hiciera un juicio de valor antes de ver su trabajo. La utilización de otros términos posibles como “conflicto palestino-israelí”, “invasión israelí” o “guerra palestino-israelí” podría haber predispuesto a los visitantes.
En segundo lugar, está la cuestión de la escala utilizada para puntuar cada país. Lo negativo siempre tiene una connotación negativa y en este mapa se ha decidido utilizar la parte negativa de la escala, de -100 a 0, para el sentimiento pro-palestino y la parte positiva, de 0 a +100, para el sentimiento pro-israelí. Para evitar esto se podría haber puesto una doble escala de 0 a 100, o incluso una escala única de 0 a 100 en la que el 0 fuera un país y el 100 fuera el otro (que también tendría alguna connotación, pero más sutil).
Lo siguiente sería la selección de colores. El sentimiento pro-Palestina está representado con gamas de rojos, que generalmente se utilizan en mapas de datos para mostrar cosas negativas. Hay muchos ejemplos de esto, como es este mapa de la investigación en Europa, este de los movimientos yihadistas en África o este de la falta de jóvenes en Europa. Cuando se trata de un único dato, lo recomendable es utilizar la gama de un único color, lo cual también ayuda a los daltónicos. Dado que en este caso necesitamos dos colores, lo óptimo sería elegir dos colores sin connotaciones o ligados a los colores habituales de cada país, como podría ser mantener el azul para Israel y utilizar el verde para Palestina.
Por último, creo que merece la pena hablar sobre el gráfico de la parte inferior que intenta mostrar una correlación entre el sentimiento pro-Palestina y la población musulmana de cada país. De un plumazo se puede ver que la correlación en realidad es casi inexistente, o al menos tal y como la quiere mostrar el autor. Sí, es cierto que casi todos los países con mayoría de población musulmana suelen ser pro-Palestina. Pero si quitamos a todos esos países, cuando la población musulmana está por debajo del 25 %, la correlación desaparece por completo. Es extremadamente creativo querer establecer una correlación generalizada cuando únicamente la justifican un número limitado de valores.
Los datos
Cuando estamos delante de un mapa de datos, sobre todo cuando es un tema controvertido, es importante no quedarse en el título y la leyenda, e intentar evaluar la calidad de los datos y entender qué se está representando.
En la versión interactiva se puede pulsar sobre el icono de la parte superior derecha, y ahí se detalla qué datos se están midiendo en cada uno de los medios:
Únicamente se tienen en cuenta las publicaciones web que tienen al menos 10 millones de visitas mensuales y escriben en inglés. De ellos, se toman todos los artículos sobre Israel o Palestina de la semana del 24 de octubre al 31 de octubre.
En Instagram y en Twitter, se toman todas las publicaciones escritas en ese mismo periodo, principalmente en inglés (no se detalla qué otras lenguas se utilizan y cuando), y que tengan más de 1.000 interacciones (suma de “me gusta”, comentarios y retweets).
Se toman todos estos mensajes y artículos y, en función del número de visualizaciones y sentimiento de cada uno, se ponderan. Aquí tenéis los detalles de España y Argentina, por poner dos ejemplos (pero en el mapa interactivo podéis consultar cualquier otro país).
Esta forma de seleccionar datos también tiene un sesgo per se. En el caso de las redes sociales, el autor está tomando únicamente el sentimiento en dos de ellas, Instagram y Twitter, pero excluye otras de gran calado como Facebook, YouTube o TikTok. Es de sobra conocido que el tipo de usuarios y las cohortes de edad de distintas redes sociales son muy distintos. Además, únicamente utiliza los mensajes virales, que suelen ser de cuentas que ya tienen una alta visibilidad, dejando sin voz a la gran mayoría de usuarios de estas redes. Por último, únicamente utiliza los mensajes escritos en inglés, lo cual excluye la lengua más hablada de la mayoría de los países analizados, hasta el punto de que pueda no ser representativo del propio país.
En el caso de los medios de comunicación pasa algo semejante. La elección de medios que tengan más de 10 millones de visualizaciones mensuales limita el análisis a la élite, dejando totalmente de lado medios regionales o aquellos financiados por pequeños grupos de suscriptores.
Resumiendo, los datos pueden seguir aportando un valor. Pero ese valor que aportan es en un contexto muy específico que tenemos que tener claro antes de extrapolar conclusiones a gran escala.
Los autores
Si queremos entender posibles conflictos de interés o intenciones detrás de un mapa, quizá lo más importante es saber quién está detrás de la creación del mismo.
El mapa interactivo y su diseño son obra de Nir Smilga, un especialista en visualización de datos y ciudadano israelí. Lo segundo establece un conflicto de interés, por lo que el diseño (uso de rojo para Palestina y de valoraciones negativas) es posible que sea fruto de su propio sesgo o de sus intereses. Lo primero, en parte, limita la posibilidad de que todas esas decisiones de diseño hayan sido casualidad.
El autor principal del diseño, ha colaborado con el Centro de Inteligencia Civil de Israel para el análisis y obtención de los datos utilizados. Se trata de una organización privada creada recientemente y está participando de forma activa para explicar el punto de vista de Israel en el conflicto, tal y como cuenta el propio Nir Smilga. Esta organización ha sido la encargada de reclutar a un grupo de analistas voluntarios para recopilar los datos que han sido utilizados para esta visualización. El objetivo último de estos datos y la visualización producida por Nir Smilga no es el mapa del que estamos hablando hoy, sino publicar una web en hebreo en la que exponer la situación global a los ciudadanos israelíes.
Los autores, además, tienen intención de seguir trabajando para extraer datos de un periodo más amplio, así como incluir otros idiomas. Esta cuestión también es relevante, ya que elegir adecuadamente el periodo a estudiar puede cambiar significantemente el resultado. Se ha tomado como referencia la última semana de octubre, cuando la respuesta brutal de Israel ya había sido condenada por parte de la comunidad internacional. Si este mismo análisis se hubiera hecho únicamente tomando datos del 7 de octubre, fecha del ataque de Hamas, el sentimiento generalizado habría sido muy distinto.
Conclusión
La propaganda está por todas partes y no siempre es tan evidente. Está claro que es imposible estar siempre alerta y analizar los grandes volúmenes de información a los que estamos expuestos cada día. Pero sí que es necesario que intentemos mantener una cierta visión crítica, sobre todo cuando son temas controvertidos en los que las partes quieren imponer su visión de los hechos.
Para los mapas os he intentado dejar por aquí unas pautas que son útiles en general, sobre todo para mapas de datos, pero no únicamente. En la web tengo más de 50 mapas propagandísticos en los que intento mostrar algunas de las muchas formas en la que los mapas nos intentan mentir o manipular. Si tenéis ganas, echadlos un vistazo.
Edward Bernays sigue teniendo teorías perfectamente vigentes. Es interresante y me ha encantado todo el jugo que se le puede sacar a la intencionalidad del mapa. Yo echo en falta como fuente de datos a Telegram, donde se ve mucho material que no se ve en otras redes. Cómo tú bien dices a menudo, dar cualquier información acompaña a algún sesgo. Es inherente.
Tampoco termino de fiarme del sentiment analysis en sí. No sé si esos algoritmos son aun de fiar.
¡Ojo!, en el texto, debajo del mapa, están listados al revés los colores con los países ("Granate / Rojo: Muy pro-Israel").