Buen martes a todos,
En este mes, en gran parte del mundo, se han organizado varias celebraciones del Orgullo LGBTI+, con el objetivo de dar visibilidad al colectivo y ayudar con la aceptación, normalización e inclusión de cualquier miembro del colectivo, sea cual sea su preferencia sexual o su identidad de género. Se celebra desde hace varias décadas, en conmemoración de los disturbios de Stonewall el 28 de junio de 1969 y, año tras año, van aumentando los eventos en distintas ciudades, así como el número de empresas que decide cambiar el logo para comulgar con la causa.
Hoy quiero dedicar la newsletter a todo lo que no ocurre en este mes. La visibilidad está bien y es necesaria, pero es importante recordar que por los derechos hay que seguir luchando los otros once meses del año. A pesar de los avances, aún no se puede hablar de igualdad en los países que más victorias se han logrado y, lamentablemente, aún tenemos que hablar de persecución y opresión en una gran parte del mundo.
He recopilado un puñado de mapas con los que podemos visualizar el gran trabajo que nos queda por delante. Un trabajo de todos, del conjunto de la sociedad.
El derecho a existir
Lo primero y principal son los derechos fundamentales. Aún en 2023, hay muchos lugares en los que el mero hecho de tu orientación sexual es una razón suficiente para enfrentarte a cargos de prisión o incluso ser ejecutado.
En el mapa superior se puede ver en granate los países donde tu orientación sexual puede suponer la pena de muerte, entre los que se encuentran Afganistán, Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Mali o Somalia. A pesar de lo que pudiera presuponerse, este tema de derechos no siempre progresa en la dirección adecuada. El mapa, al ser de agosto de 2022, no incluye Uganda, país que ha introducido la pena de muerte el pasado mayo para personas que practiquen actos sexuales con personas de su mismo género.
Además de la pena de muerte, muchos otros países tienen penas de prisión (en rosa en el mapa), como es el caso de gran parte de África y la gran parte de países con mayorías musulmanas. En algunos, como es el caso de Guyana, Turkmenistán o Namibia, la homosexualidad únicamente está penada entre hombres y no entre mujeres (en morado en el mapa).
Aceptación de la homosexualidad en el mundo
A pesar del halo de legalidad, la realidad que se vive en el día a día en todo el mundo sigue siendo de discriminación. Da igual que no suponga algo ilegal, ya que hay muchas religiones que consideran estos comportamientos inmorales e, inevitablemente, esto afecta al comportamiento de los ciudadanos con aquellos que se salen de la mal-llamada normalidad.
El mapa superior, publicado por Pew Research se puede ver una gran variedad de aceptación de la homosexualidad en el mundo. Como hemos visto en el mapa anterior, en toda Europa no supone ninguna ilegalidad, pero eso no impide que solo un 14 % de la sociedad rusa o ucraniana exprese aceptarlo. En el extremo contrario nos encontramos con países como Suecia (94 %), Países Bajos (92 %) o España (89 %) donde el grado de aceptación cubre casi la totalidad de la sociedad. O al menos en apariencia.
Un apunte importante es tomar estos datos con cautela. El estudio de Pew Research parte de una encuesta en la que los ciudadanos de distintos países responden a preguntas preestablecidas. El problema es que una cosa es decir que no tienes problema con los homosexuales y, otra muy distinta, es actuar con una igualdad de facto. La realidad es tozuda y es muy común que haya gente que diga (o incluso crea) estar concienciada, cuando a la hora de la verdad aún se comporta con un cierto rechazo que limita la inclusión real y absoluta de personas que forman parte de estos colectivos.
Política y leyes de apoyo al colectivo LGBTI+ en Europa
Una forma más fiel de analizar la realidad es evaluar una extensa selección de criterios que cubran todos los ámbitos posibles para, así, entender la gran diferencia que puede existir entre la legalidad, la aceptación que una sociedad considera que tiene y la realidad que se sufre en el día a día. El siguiente mapa, también disponible en versión interactiva, ha sido elaborado por Rainbow Europe y utiliza un total de 74 criterios en siete categorías distintas:
En esta imagen podemos ver cómo hay países dentro de Europa que están quedándose muy atrás. Ya no solo hablamos de Rusia o Turquía, que aparecen de forma continua en las noticias por este tema, sino otros estados como Italia, Polonia, Bulgaria, Rumanía o la República Checa. En el caso de España, gracias a las leyes aprobadas en el último año se ha conseguido subir más de diez puntos (como podéis ver en el mapa del año pasado).
Identidad y expresión de género
Es innegable que los avances logrados en el ámbito de la orientación sexual aún están muy lejos en cuestiones de identidad y expresión de género. El siguiente mapa, disponible en Wikipedia con datos de distintas fuentes, muestra la disparidad que existe en el mundo en todo lo relativo a este tema:
En morado aparecen los países donde es legal el cambio de identidad de género sin necesidad de operación.
En fucsia, los países donde es posible el cambio de identidad de género, pero solo después de haber llevado a cabo una cirugía de reasignación de sexo.
En rojo, los países donde es ilegal cambiarse de identidad de género.
Como en los casos anteriores, esto es únicamente el marco legal. La discriminación persiste más allá de la legalidad y es algo en lo que aun muchos países tienen que trabajar, desde la educación, la concienciación y, por encima de todo, la normalización.
Para finalizar, me gustaría volver a la reflexión del comienzo. Sí, la visibilización y la celebración del mes del Orgullo es muy necesaria, pero no es suficiente. Ya sea como parte del colectivo o como mero defensor de los derechos humanos, todos tendríamos que luchar para que esta situación siga mejorando los doce meses del año. El mínimo parte por ayudar a concienciar día a día en nuestro entorno cercano y evitar que se perpetúe la discriminación, ya sea con amigos, familia o en el entorno laboral. Siempre hay cosas que pueden parecer insignificantes, pero toda victoria cuenta, por pequeña que sea.