Buen martes a todos,
Tal y como dice aquel villancico tan popular en España, esta noche es Nochebuena y mañana Navidad. Y eso significa que mañana es festivo para casi la totalidad de los que estéis leyendo esto el mismo 24 de diciembre. De todos los países hispanohablantes, o con una comunidad importante de hablantes de español, tan solo se saltan la celebración de la Navidad en Uruguay.
Aunque no se la saltan como tal. En Uruguay sí que se celebra el 25 de diciembre, pero desde hace más de 100 años se conoce como el Día de la Familia. Es una de las consecuencias de la separación entre iglesia y estado que se forjó en Uruguay entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La medida, impulsada en 1919 por el gobierno de José Batlle y Ordóñez, no pretendía ser un ataque contra la religiosidad de los ciudadanos, sino que buscaba secularizar el país por completo1. Eso no impidió que la tradición de reunirse el 25 de diciembre se mantuviera, pero sí que facilitó que en cada casa se etiquetara la fiesta como buenamente se quisiera.
Cambios como el de Uruguay se han repetido múltiples veces a lo largo de la historia. En Corea del Norte, esto se llevó al extremo y, para limitar la influencia occidental, se prohibió explícitamente la celebración de la Navidad en 1948, tras la fundación del estado comunista. Aquel mismo año se instauró la celebración del solsticio de invierno el 20 de diciembre2 y, dos años más tarde, el cumpleaños de Kim Jong-suk, la abuela de Kim Jong Un, el 24 de diciembre3.
La propia celebración de la Navidad el día 25 de diciembre tiene una historia semejante a la del cumpleaños de Kim Jong-suk. La conmemoración del nacimiento de Jesucristo está atestada en registros cristianos desde el siglo II, pero en ningún caso con una fecha concreta y consistente. Todo apunta que fue el Papa Julio I quien estableció la efeméride en el 25 de diciembre4, justo el día en el que se celebraba por aquel entonces el nacimiento del Sol Invictus en Roma. Tanto la Navidad como el Dies Natalis Solis Invicti fueron festividades que se promovieron para asimilar la fiesta pagana de Saturnalia, durante la que los romanos celebraban el solsticio de invierno.
Y al final todo se resume en eso, en el solsticio de invierno y cómo etiquetarlo.
Desde que los primeros grupos humanos pasaron de ser nómadas a ser sedentarios, el calendario pasó a ser de gran importancia. Era primordial conocer los ciclos anuales para sacar el mayor provecho a la agricultura y a la ganadería. Es así como los días extremos, cuando los días o las noches eran más largas, los solsticios, comenzaron a ganar importancia y a celebrarse de forma consistente. Al igual que los romanos celebraron Saturnalia, muchos otros pueblos tuvieron celebraciones semejantes por todo el mundo.
Los anglosajones celebraban la noche de las madres, Modranicht. Los pueblos germanos celebraban Yule, festividad de la que hemos heredado el muérdago. Más al norte, en Laponia, los samis celebraban el regreso de Beiwe, la diosa del sol, que traía de vuelta los pastos verdes para los renos. La noche más larga, Yaldā Night, aún se celebra en Irán, el Kurdistán, Azerbaiyán o Tayikistán, un día en el que las familias se juntan para leer poesía hasta pasada la media noche, mientras comen granadas y sandía, con un rojo que recuerdan el amanecer y la vuelta a la vida.
En el hemisferio sur, estas festividades también fueron comunes a finales de junio, cuando en esta mitad del mundo acontece el solsticio de invierno austral. En los Andes, mucho antes de la llegada de los conquistadores españoles, los pueblos preincaicos ya celebraban Inti Raymi, el día en que renacía el dios Sol, Inti, y comenzaba el nuevo ciclo anual. Los aymaras también celebran en la actualidad el nuevo año durante el solsticio de invierno austral, Willkakuti, para conmemorar el retorno del sol.
Las reuniones sociales y el sol parecen ser el patrón general de todas las celebraciones del solsticio de invierno. Y, personalmente, para mí también son dos aspectos a celebrar. Los días por fin dejan de ser tan cortos y, además, puedo aprovechar para ver durante esta época a muchas personas que no puedo ver en otros momentos del año. Lo que llevo bastante peor es el otro pilar en el que se ha asentado la Navidad durante las últimas décadas: el intercambio de regalos. Ya no solo por el hecho de que nunca sé qué regalar, sino porque el consumismo en el que nos ha sumido el capitalismo insaciable.
En la actualidad, Papá Noel arrasa en casi todo el mundo. Puede resultar molesta su omnipresencia, pero hay que reconocer que su historia es muy interesante. El personaje es heredero directo de la tradición cristiana de San Nicolás5, pero su apariencia se acerca más a la tradición inglesa de Father Christmas, la personificación de la alegría navideña. La imagen, como muchos sabéis, se la debemos a Haddon Sundblom, quien dibujó a Santa Clauss para Coca-Cola en las Navidades de 1931. No fue el primero en hacerlo, pero hasta la campaña de Coca-Cola no hubo consenso en el color de su vestimenta.
Antes de Papá Noel, los regalos los traían muchos otros personajes de distintas tradiciones folclóricas. En Europa, esa diversidad aún se preserva en muchos países.
Gran parte de estos personajes tienen su origen en la tradición cristiana de San Nicolás, aunque adaptados a la tradición cultural de distintas regiones. Es el caso de Ded Moroz6, el abuelo del hielo que llama a las puertas de las casas eslavas pidiendo a los niños que canten si quieren recibir sus regalos. En Escandinavia, un gnomo de pelo y barba blanca, con el nombre de Nisse, sospechosamente semejante a Nicolás, es el encargado de repartir alegría entre los más jóvenes.
En España, y en parte de Latinoamérica, los Reyes Magos aún entregan regalos el seis de enero, en dura competencia con Papá Noel. Esa dura batalla se libra en muchas casas del País Vasco, donde el Olentzero baja del monte con sus regalos, o en Cataluña y Aragón, donde el tió despacha regalos mientras los niños le vapulean. La Befana aún visita algunas casas de Italia. Los ángeles que acompañan al Niño Jesús son los encargados en algunas regiones de Hungría y Polonia, y el mismo Niño Jesús es el encargado en gran parte de Europa y Latinoamérica.
Sea cual sea vuestra tradición para estos días, pasadlo lo mejor que podáis. Disfrutad para estar con los vuestros, para salir de fiesta, para leer un libro o para dormir un poco más de lo habitual.
¡Feliz cumpleaños de Kim Jong-suk!
Otro ejemplo de esto es la celebración de la Semana Santa, que en Uruguay pasó a ser la Semana del Turismo.
Kim Jong-suk murió en 1949, su cumpleaños comenzó a celebrarse un año después de su muerte como festividad revolucionaria alternativa a la Navidad.
El primer documento que registra esta fecha es el Calendario de Filócalo, cuyo origen se remonta a 354 d.C.
San Nicolás se celebra el 5 de diciembre y, en esa fecha, es cuando se repartían regalos durante la Edad Media. Con la reforma luterana y la necesidad de erradicar los santos, el intercambio de regalos se movió al día de Navidad en la Europa protestante.
La Unión Soviética fue vital para que la figura de Ded Moroz desplazara a Santa Claus, en un intento de desligarse de la cultura occidental y reclamar las raíces propias.
Estaba leyendo impaciente esperando encontrar un par de curiosidades más que seguro conoces:
Que en los Países Bajos la entrega de regalos la hace San Nicolás, adelantado a la mayor parte del resto del continente en su festividad del 6 de diciembre, y que la tradición dice que lo hace procedente desde España:
https://es.wikipedia.org/wiki/Fiesta_de_San_Nicol%C3%A1s_(Pa%C3%ADses_Bajos)
Que en Escandinavia, en particular en Finlandia, la figura que lo reparte es originariamente... ¡una cabra! Aunque con el tiempo ha adoptado el atuendo de Papá Noel, sigue teniendo en su nombre y en su archienemigo (una cabra que demanda regalos en vez de darlos) la presencia de una cabra: https://es.wikipedia.org/wiki/Joulupukki
Feliz Navidad a todos.
Pues sabiendo lo de Corea del Norte, cualquiera dice Feliz Solsticio de Invierno...
Feliz Navidad