Si te gusta lo que lees, no dudes en suscribirte. Para que este proyecto sea sostenible, además puedes apoyarlo con una suscripción de pago. Aquí puedes consultar todos los detalles.
Buen martes a todos,
El año pasado os traje por aquí un artículo sobre las aguas perdidas. Trataba de algunos de los lagos prehistóricos más grandes de los que tenemos constancia. La mayoría de esos lagos existieron durante la última glaciación, cuyo pico tuvo lugar hace unos 15 000 años. Por aquel entonces hacía frío, mucho frío. De hecho, la temperatura media del planeta estaba unos 5 o 6 °C por debajo de la temperatura actual1.
Todo comenzó hace unos 110 000 años, lo que conocemos comúnmente como la última Edad de Hielo. En el ámbito de la geología tiene distintos nombres dependiendo de la región de la que estemos hablando: Würm en los Alpes, Weichsel en el norte de Europa, Wisconsin en Norteamérica, Mérida en Venezuela, Otago en Perú o Llanquihue en Chile. Prácticamente, un nombre por cada uno de los casquetes de hielo que aparecieron durante esta Edad de Hielo que duró casi 100 000 años.

Con tanta cantidad de hielo almacenada por todo el mundo, no puede sorprender que el nivel del mar estuviera entre 100 y 120 metros por debajo de su nivel actual. Como consecuencia, muchas de las tierras sumergidas a pocos metros bajo el mar, esas que se consideran parte de las plataformas continentales, se convirtieron en tierra firme durante unos cuantos miles de años.
Algunas de estas tierras, hoy perdidas, tuvieron un papel fundamental en la historia de la humanidad e incluso de la biodiversidad del planeta. Y de todas esas voy a hablar, aunque también dejaré un puñado de curiosidades más para el final, esas de las pocas veces hablamos.
Beringia

El estrecho de Bering, con una profundidad que no supera los 50 metros en ningún punto, en la actualidad separa a América de Asia. Pero durante el último pico glacial, ahí nos encontrábamos una plataforma terrestre que conectaba ambos continentes: Beringia.
La temperatura en Beringia fue inusualmente cálida. Se estima que podía alcanzar hasta los 10 °C durante el verano, gracias a lo cual se pudo mantener libre de hielo, a diferencia de Canadá y el océano Ártico. Esto hizo que este puente fuera apto para su tránsito al menos durante dos periodos, el último entre 25 000 y 10 000 años a. C. ¿Y sabéis qué ocurrió precisamente durante ese periodo? Que el ser humano cruzó desde Chukotka2 a Alaska, llegando por primera vez a América. Precisamente caminando sobre el puente de Beringia.
El ecosistema fue muy semejante a la tundra siberiana actual, con muchos arbustos y pequeña vegetación. En el mapa se puede ver como hubo lagos y ríos que surcaron la superficie de Beringia, aunque también existieron algunos bosques aislados. La fauna americana estuvo totalmente bloqueada por la capa de hielo Laurentino, por lo que únicamente habitaron aquí animales provenientes de Asia, como los mamuts lanudos y los tigres dientes de sable.
Doggerland

En Europa, el mar del Norte desapareció por completo y las islas Británicas quedaron totalmente conectadas con el resto de Europa continental, con un territorio que conocemos como Doggerland. En la parte central de todo ese territorio se encuentra el banco arenoso Dogger, que es precisamente el que le da nombre, con tan solo 35 metros de profundidad. El resto del territorio se encuentra a casi cien metros de profundidad, por lo que es posible que no estuviera en la superficie durante un gran periodo.
El ser humano también pobló estas tierras emergidas durante la Edad de Hielo, posiblemente junto a los neandertales, tal y como apuntan los restos arqueológicos que se han hallado en el fondo del mar del Norte. Precisamente, este sería el momento en el que el ser humano llegó por primera vez a Gran Bretaña e Irlanda.
Quizá lo más fascinante de estas tierras perdidas es el trazado de los ríos que convertía al Támesis y al Rin en parte de un mismo río que recorría el canal de la Mancha para desembocar en pleno océano Atlántico. Y sí, el río Sena también fue durante esta época un afluente de ese mismo gran río europeo.
La hipótesis más aceptada es que Doggerland desapareció poco a poco con el deshielo que puso fin a la Edad de Hielo, pero también se baraja que toda la región pudo ser afectada por los tsunamis causados por los deslizamientos de Storegga hace 6 100 años3. Esto puso fin al poblamiento de la región y separó las culturas británicas del resto de las culturas europeas.
Sondalandia y Sahul

El Sudeste Asiático, que en la actualidad es un compendio de archipiélagos con miles de islas, como Indonesia o Filipinas, quedó prácticamente reducido a dos grandes masas de tierra. Por un lado, la península de Indochina se unió a las islas de Borneo, Sumatra y Java, formando lo que se conoce como Sondalandia. Por otro lado, Australia se unificó a Nueva Guinea y Tasmania, formando lo que se conoce como Sahul.
Además de lo visualmente llamativo, esto es especialmente interesante si pensamos que entre ambas tierras se encuentra la línea de Wallace. Esta línea marca una división biogeográfica que separa, de una forma bastante científica, los continentes de Asia y Oceanía. Mirando a un lado y a otro, a pesar de que las regiones son muy cercanas, tanto la fauna como la flora son totalmente distintas. De algún modo, esto demuestra cómo, durante la Edad de Hielo, esta línea impidió que hubiera un intercambio de especies.
Al igual que en el caso de Beringia y Doggerland, estos territorios facilitaron que el ser humano pudiera extenderse durante la última Edad de Hielo. En algún momento, entre el 60 000 y el 15 000 a. C., los humanos consiguieron atravesar la línea de Wallace y comenzar a poblar Sahul.
Más tierras emergidas
Por lo general, los cuatro ejemplos de tierras emergidas que os he mostrado suelen ser los más populares a la hora de hablar del último pico glacial, pero hay muchos ejemplos más.

Al igual que Doggerland muestra cómo el ser humano llegó a las islas Británicas, la expansión de las costas orientales de Asia facilitaron que Taiwán y Japón estuvieran unidos al continente, por los que los primeros humanos llegaron a estas islas hace unos 25 000 años.

El golfo Pérsico dejó de existir por una temporada, aunque se cree que la región fue extremadamente árida como para que pudiera existir nada más que desierto. El mar Rojo, aunque parezca que también estuvo a punto de desaparecer, se mantuvo perfectamente conectado a través del estrecho de Mandeb. Después de todo, en su punto más profundo, tiene más de 300 metros.

El Caribe y América Central vieron como su extensión aumentó de forma sustancial. Las penínsulas de Yucatán y Florida aumentaron significativamente su tamaño, reduciendo notablemente la extensión del golfo de México. Los golfos de Panamá y Venezuela, de menor tamaño, desaparecieron por completo. Pero quizá lo más curioso es como Bahamas se convirtió en la segunda isla del Caribe en extensión, por debajo de Cuba y por encima de la Española.

El mar Mediterráneo también vio mermada su extensión, especialmente notable en el mar Adriático, del cual desapareció casi la mitad. Las costas de Túnez, Francia y España también avanzaron de forma significativa, pero quizá no de forma tan importante como la conexión de muchas islas griegas y turcas con tierra firme. Si os fijáis, lo que sucedió durante este periodo es muy semejante a lo que se buscaba con el proyecto de Atlantropa.

Tierra de Fuego dejó de ser una isla. Las costas de Argentina y Uruguay avanzaron cientos de kilómetros y las islas Malvinas quedaron unificadas en una sola isla. Y bueno, también habría aparecido una nueva isla, que se corresponde con parte del actual banco de Namuncurá, todo aquello que está a menos de 100 metros de profundidad.
Para finalizar, como guinda, os dejo con otro mapa ilustrado como si fuera un mapa físico que, además de las tierras emergidas y los glaciares, también incorpora los lagos que existían en aquel momento.

Algo más de un grado es lo que hemos conseguido aumentar la temperatura del planeta en tan solo un par de siglos. Por poner los datos en contexto.
Chukotka es el distrito autónomo de Rusia que ocupa la zona más oriental, separado de Alaska por el estrecho de Bering.
Este deslizamiento ocurrió frente a la costa de Noruega, y el volumen fue tal que aumentó en 35 metros una región del tamaño de Islandia. Como consecuencia, hubo tsunamis que pudieron alcanzar hasta los 20 metros en las islas Feroe.
Una novela contando la hazaña de cruzar Doggerland o especialmente Beringia… Convivencia con neanderthales, auténtico descubrimiento de América y primera colonización, para después pasar a ser olvidados por el resto del mundo y sobrevivir aislados en el continente vertical por excelencia, hasta volver a ser “descubiertos”… Habría que darle forma, pero lo veo XD
Me acabo de acordar de la saga de novelas de Jean Auel El clan del oso cavernario. ¡Me parece tan apasionante que podamos saber todo esto tantos miles de años después! Muchas gracias!!