Buen martes a todos,
Hace un año, tras la publicación de la criticada película de Ridley Scott sobre Napoleón, estuve a punto de dedicar una entrada al mapa más conocido de Charles Joseph Minard.
¿No sabéis a qué mapa me refiero? Pues se trata de esta auténtica maravilla.
Más adelante os contaré algo más sobre el mapa. Pero sí, es una obra maestra por múltiples razones. El gran contrapunto es que la figura de Minard muchas veces queda injustamente socavada por este mapa, pero su trabajo fue mucho más trascendente. Esa es la principal razón por la que decidí aparcar aquella idea hace un año1 y la he recuperado hoy.
Vamos a ello.
Los primeros años de Charles Joseph Minard
Minard nació en Dijon, Francia, en 1781. Lo más probable hubiera sido que dedicara su vida al cultivo de mostaza, como era ya común en la ciudad2, pero tuvo la suerte de tener unos padres que le animaron a estudiar. Con tan solo cuatro años, ya era capaz de leer y escribir, y con tan solo quince años se matriculó en la recién inaugurada Escuela Politécnica de París3. De ahí pasó a la Escuela Nacional de Puentes y Caminos, donde se graduó como ingeniero civil.
Esta formación, que parece una simple nota biográfica más, es importante para entender la figura de Minard. Sus estudios superiores estuvieron dedicados a la rama de la ingeniería que se encarga de construir las carreteras, canales y ferrocarriles. Es más, de ello trabajó durante muchos años, lo que le ayudó a comprender los desplazamientos de bienes comerciales y personas.
Como parte de su trabajo, comenzó a crear algún que otro gráfico para visualizar mejor la información. El primero que se le conoce es el que podéis ver más arriba, un cuadro cronológico que utilizó para representar la entrada en París de material para pavimentar la ciudad en los dos siglos anteriores. Sabiendo que el mapa cubre del año 1620 al 1820, y sin ningún detalle más, ¿podéis identificar en qué momento tuvo lugar la Revolución Francesa?
Así es, una simple representación de datos de forma adecuada no solo permite mostrar información, sino que facilita en gran medida transmitir información mucho más sofisticada, o incluso visualizar patrones de forma más evidente. Minard comprendía la utilidad de este método para representar información, pero no fue hasta su jubilación, forzada a los 70 años, cuando dedicó su vida de plena a ellos.
Los otros 50 mapas de Minard
Desde que Arthur H. Robinson publicara un artículo sobre Minard en 1967, se tomó como referencia que Minard realizó a lo largo de su vida un total de 51 mapas4. De todos ellos, tan solo uno ha trascendido a la cultura popular, pero su obra supuso un punto de inflexión en la cartografía, entendida como la ciencia de representar información en un contexto geográfico. Hasta mediados del siglo XIX, muchos cartógrafos habían trabajado en lograr representar la tierra de forma fiel en un mapa, pero Minard dio un paso más allá.
Su mayor innovación, sin duda, fueron los mapas de flujos. Este tipo de representaciones muestran el movimiento de información u objetos entre distintos puntos de una región. Los colores y tamaños de las líneas ayudan a simbolizar qué y cuanto se mueve de un punto a otro. Cuando es relevante, convertir las distintas líneas en flechas también ayudan a aportar información sobre la dirección y sentido de ese movimiento. No se puede decir que fuera el pionero, ya que ese honor es de un mapa publicado por Henry Drury Harness5 en 1837, pero sí que fue popularizó su uso y expuso su potencial.
Este es el primer mapa de flujos de Minard, publicado en 1845. Este muestra el trasiego de carruajes públicos por las carreteras que se situaban entre el entorno de Dijon y Mulhouse. Toda esta información, meramente descriptiva, fue importante para establecer el trazado y las paradas del nuevo tren que uniría Dijon y Mulhouse. Se realizaron doscientas copias de este mapa que fueron distribuidas entre las partes interesadas de este proyecto para que sus decisiones fueran lo más informadas que fuera posible.
El contexto de la época es fundamental. A mediados del siglo XIX el ferrocarril y el telégrafo se estaban expandiendo rápidamente por Europa continental y esto estaba capitalizando muchas inversiones de los estados modernos. Minard comprendió que era importante aportar información de calado a los responsables de planificar las nuevas obras e innovaciones. Toda su obra pudo haber sido ignorada por las autoridades, pero la historia nos muestra que nada más lejos de la realidad. Todos los ministros de obras públicas franceses que ocuparon el cargo entre 1850 y 1860 se retrataron con la obra de Minard a sus espaldas. Quizá el más icónico de todos esos retratos sea el de Eugène Rouher, nombrado ministro en 1855, realizado por Alexandre Cabanel.
¿Y cuáles son los mejores ejemplos de este gran trabajo de Minard? Pues aunque solo haya registrados 58 mapas en la actualidad, todo su trabajo me resulta fascinante. Voy a elegir tres de los que a mí me resultan más interesantes, ya sea por la elegancia de la representación o por la evidente utilidad que tuvieron en su momento.
En este mapa, Minard dividió cada uno de los distritos de París (con distinto color) en cuatro barrios. Marcó con puntos negros una muestra de los buzones de correos y con puntos negros con un círculo alrededor, las oficinas de correos existentes. Además, incluyó en cada barrio un cuadrado que muestra el volumen de población del barrio y lo ubicó en el centro gravitacional según la distribución de población en el barrio. Con toda esta información, buscaba que fuera evidente qué zonas podían dar más uso a la instalación de una nueva oficina de correos.
En este otro mapa, el objetivo de Minard era mostrar los principales flujos de población en el mundo. Si bien el acceso a datos fiable era limitado en el siglo XIX, el autor busca una representación centrada en los datos disponibles. Para ello, establece que cada milímetro de grosor se corresponde con 1.500 migrantes, y los colores representan el origen de esos emigrantes. Una cosa curiosa de este mapa es que, a pesar de tratar las migraciones en todos los continentes del mundo, Minard dota de cierta importancia a las posesiones francesa, como es el ejemplo de las islas de Reunión y Mauricio, en el océano Índico. De algún modo, este mapa también busca ensalzar a estas islas como importantes polos comerciales y económicos.
El último mapa lo he querido mencionar porque se trata de uno de los primeros usos de gráficos circulares en cartografía. En esta ocasión, Minard los utiliza para mostrar los departamentos de Francia que producían la carne que era consumida en París. En amarillo aparecen todos los departamentos que mandan mercancías a la capital, y el gráfico circular de cada departamento muestra el volumen total, con el tamaño del círculo, y el tipo de carne con los distintos colores (ternera, cerdo y oveja).
Este tipo de mapas pasó a ser de gran importancia en geografía para entender a todo detalle producción y consumo de bienes. De hecho, si os hacéis con cualquier atlas generalista, en la parte en la que se cubre la economía de regiones o países, lo más común es que veáis este tipo de representaciones que utilizó Minard por primera vez.
La marcha de Napoleón sobre Moscú (1869)
El mejor gráfico jamás producido
Así es como definió Edward R. Tufte la ilustración de Minard sobre la campaña rusa de Napoleón6. Otros como Étienne-Jules Marey fueron más allá y afirmaron que este mapa “desafía la pluma del historiador por su brutal elocuencia”7. El consenso respecto a este mapa es brutal, se puede optar por muchas formas de definirlo en pocas palabras, pero innegablemente es la obra cumbre de Minard y uno de los mapas más importantes de la historia de la cartografía.
Minard publicó este mapa en 1869, a los 88 años. Fue uno de los últimos mapas que publicó y, claramente, aquí muestra todo el aprendizaje a lo largo de su vida. La idea es resumir en una ilustración la invasión napoleónica de Rusia a lo largo de 1812, que supuso uno de los mayores fracasos militares de Napoleón y que ha pasado a la historia como una muestra de lo duro que es intentar conquistar Rusia en pleno invierno8.
La grandeza de este mapa subyace en que es capaz de representar de forma eficaz información en muchos ejes de forma simultánea y sin que el resultado sea difícil de interpretar. Lo primero y más evidente son las dos líneas, las cuales coinciden con el recorrido de Napoleón desde Kaunas, en la actual Lituania, hasta Moscú. El beige se utiliza para el trayecto de ida, mientras que el negro se utiliza para el trayecto de vuelta.
Ambas líneas van cambiando el grosor a medida que se desplazan por el territorio ruso. El grosor se utiliza para representar el número de hombres del ejército napoleónico a lo largo del trayecto, cuyo número además aparece detallado repetidamente junto a la línea para entender las unidades que representa cada grosor con mayor facilidad. Gracias a esto, se ve con claridad cómo el ejército francés tuvo bajas de forma sostenida a lo largo de todo el trayecto.
Para hacer hincapié en las razones por las que las tropas napoleónicas tuvieron tantas bajas, en la parte inferior Minard incluye también un gráfico con las temperaturas invernales a las que se enfrentaron en el trayecto de vuelta, haciendo coincidir mediciones a lo largo del camino con su punto geográfico concreto, e incluyendo las fechas junto a la temperatura.
¿Es exacto este mapa de Minard? No, desde luego que no lo es. Pero en eso también demuestra la genialidad de la obra. Minard elige qué información ha de representar y cuál no, de tal modo que la idea trascienda de forma eficaz: Napoleón se adentró en Rusia con 422.000 hombres y regresó con 10.000. Logró llegar a Moscú, pero tuvo que regresar sin conquistar la ciudad y el invierno causó muchas bajas. Sin más.
Esta versión creada por Martin Grandjean en 2014 añade más complejidad al gráfico. Muestra que las tropas de Napoleón, en realidad, siguieron múltiples caminos, que se fueron separando y unificando a lo largo del trayecto. Todo esto aporta más información, pero no necesariamente mejora la idea. Los múltiples flujos adicionales causan mucho ruido, tanto como las fronteras, ríos y múltiples ciudades, hasta el punto de que la idea principal del mapa queda diluida.
Si queréis ahondar más sobre este mapa, os recomiendo que también echéis un vistazo a este gran hilo que escribió
en Twitter hace unos años.El pasado 16 de abril se publicó mi primer libro, sobre la historia de la propaganda. Echad un vistazo si queréis más detalles… ¡Y corred la voz!
Y bueno, muchas gracias por la acogida. Se agradece.
Necesitaba algo más de tiempo para recopilar información y estar a la altura de la figura de Minard.
La historia de Dijon y la mostaza me parece fascinante. Tuvo durante casi 400 años la exclusividad en toda Francia y no es una exageración decir que era lo habitual en la ciudad. Os dejo un interesante artículo sobre el tema que escribió Emily Monaco en Atlas Obscura el año pasado.
La École polytechnique se fundó en 1794 y Minard entró en 1796.
Estudios posteriores, como el de Michael Friendly, ya habla de 58 mapas.
El mapa de Henry Drury Harness muestra el flujo de pasajeros y bienes comerciales en Irlanda. Lo podéis ver aquí.
Esta afirmación la realizó en su libro de 1983, The Visual Display of Quantitative Information, uno de los libros más influyentes sobre la representación de información.
Esta afirmación forma parte de su libro de 1878, La méthode graphique dans les sciences expérimentales et principalement en physiologie et en médecine.
Y bueno, todos sabemos que Hitler tropezó sobre la misma piedra más de cien años después.
Es de genio saber parar y no añadir nada más cuando el mensaje se ha entregado. Estoy aprendiendo mucho con tu newsletter! Gracias!
No conocía la figura de Minard, y qué interesante, como siempre. Muchas gracias