Buen martes a todos,
Uno de los ilustradores / cartógrafos que más me apasionan de este siglo XX es un usuario de Reddit que va por el nick PisseGuri82. Además de construir su obra con una estética que me resulta agradable, la mayoría de sus mapas cubren historias que no habían sido bien contadas antes mediante mapas, o al menos no al mismo nivel de detalle y con la misma elegancia. Por eso no os puede sorprender que haya incluido muchos de sus mapas en el catálogo de mapas, como esta joya sobre la expansión vikinga.
Con algo de investigación, he averiguado que detrás de ese usuario de Reddit se encuentra Anders Kvernberg, un bibliotecario noruego con un increíble conocimiento sobre cartografía histórica1. Quizá por eso no debe sorprender que realizase una de las mejores infografías que conozco sobre la historia de la cartografía, la que mejor cuenta cómo aprendimos a pintar el mundo.
Aquí tenéis la pieza completa. A continuación, os la despedazaré en sus nueve partes fundamentales de forma muy breve.
El mapa de Ptolomeo (150 a. C.)
Es el primer mapa de la historia que tiene un cierto fundamento científico, ya que representa la latitud y la longitud mediante mediciones astronómicas. No hay ninguna copia original de este mapa, pero sí muchas reproducciones posteriores realizadas con los escritos originales de Ptolomeo y copias, de copias, de copias…
Antes de este mapa de Ptolomeo hubo otros mapas2, pero todos los que conocemos tuvieron una aproximación mucho más conceptual.
Mapamundi del Beato de Saint-Sever (1050)
Este es un mapa clásico de T en O3. Estos mapas no tienen un gran valor cartográfico, en el sentido matemático, pero sí tienen valor sobre la concepción del mundo en la cristiandad durante la Edad Media.
Estos mapas, tal y como su nombre indica, simplifican el mundo como una O con una T insertada. La O representa el gran océano, mientras que la T se corresponde con las masas de agua (mar Mediterráneo, río Nilo y río Don) que dividen el mundo en tres partes (Europa, África y Asia).
Mapa de Al-Idrisi (1154)
Mientras que en la cristiandad triunfaban los mapas conceptuales, los cartógrafos más interesados en representar el mundo de una forma descriptiva estaban en tierras musulmanas.
El mapa de Al-Idrisi, concretamente, fue creado a partir de la información aportada por distintos viajeros que se habían desplazado por el mundo. Tiene una clara intención de buscar detalles, lo que se aprecia en las más de cien islas representadas y los exagerados entrantes y salientes de las costas. En lo que falla, sin embargo, es en las distancias y formas reales.
El Atlas Catalán, atribuido a Cresques Abraham (1375)
Este es un mapa muy poco popular para la gran obra maestra que es4. Es el primer mapa de los que hemos visto que hace evidente el trabajo que puede hacer un buen cartógrafo con acceso a información detallada sobre una región. Cresques Abraham era un mallorquín y, como tal, tenía acceso a información de muchos marineros que habían recorrido los confines del mar Mediterráneo, lo que queda plasmado en su fiel representación. Es evidente dónde termina la información de primera mano y el autor tiene que recurrir a trazos simplificados o copiados de otros mapas previos.
Además, por si todo lo anterior fuera poco, este es el primer mapa que incorpora una rosa de los vientos.
El mapa de Enrique Martelo (1489)
La primera impresión, si nos centrásemos únicamente en el mar Mediterráneo, es que la calidad decrece. ¿Entonces por qué es importante este mapa? Pues porque muestra cómo, poco antes de la llegada de Colón a América, ya se tenía una idea general de la forma de Europa, Asia y África. Esto hay que agradecérselo a viajeros como Marco Polo, pero también a los exploradores que circunnavegaron África.
En este mapa, la latitud está bastante conseguida, pero los datos de longitud aún fallan en exceso5.
El mapa de Diego Ribero (1529)
Lo primero evidente, este mapa muestra América. Eso sí, no es el primero que lo hace. Ese honor se suele otorgar a Juan de la Cosa6, 29 años antes.
Algo interesante de este mapa es que hay muchos que lo consideran el primer mapa científico, lo que personalmente opino que no sería justo con el Atlas Catalán. A mí me parece más relevante que es uno de los primeros que incluye datos de la expedición de Magallanes y Elcano, lo que se nota en la costa del sur de Asia.
El mapa de Edward Wright (1599)
Bienvenido, Mercator.
Edward Wright perfeccionó la proyección de Mercator aportando una cuadrícula mucho más detallada y considerando de mejor manera la curvatura de la Tierra.
Incluye algunos descubrimientos nuevos, como Japón y el Amazonas, pero en detalles no mejora el mapa de Diego Ribero.
El mapa de Jacques-Nicolas Bellin (1778)
La invención del cronómetro marino solucionó por fin el problema de la longitud, a lo que habría que unir los grandes esfuerzos de Europa por cartografiar el mundo y obtener datos más fiables. El resultado es una clara mejora en este mapa.
A estas alturas, muchas costas aún fallan de forma flagrante. Se puede afirmar sin ningún tipo de miedo que los mecanismos para hacer un mapa a la perfección ya estaban sobre la mesa, solo faltaba exploración detallada del mundo.
Mapa de Adolf Stieler (1832)
En apenas medio siglo, la exploración hizo su parte del trabajo y tenemos esta gran obra cartográfica. Las formas de las costas parecen haberse tomado por satélite, faltando únicamente las zonas polares (cuya exploración llegaría más tarde).
Me gusta que el mapa de Adolf Stieler haya entrado en la lista y no otro de los muchos que hubo semejantes en el siglo XIX. Stieler es el autor de uno de los atlas más influyentes de la cartografía del siglo XIX, que permitió popularizar la cartografía más allá de marinos y gobernantes7.
La selección de Anders Kvernberg es muy personal. Yo posiblemente hubiera elegido otros mapas y únicamente habría coincidido en dos o tres, pero de forma conjunta me parece una brillante colección. Todos ellos permiten muy fácilmente contar la historia de cómo descubrimos el mundo que habitamos y, además, cómo aprendimos a pintarlo.
Añadiendo a mayores, y para finalizar, a mí me gusta simplificar el proceso en cinco pasos que tuvimos que cumplir y que no acontecieron de forma secuencial:
Definición de latitud y longitud.
Solución del problema de la latitud.
Adopción de las proyecciones.
Solución del problema de la longitud.
Exploración del mundo.
Lo descubrí al encontrar un artículo que le dedicaron en el Washington Post después de que descubriera una de las pocas copias que se conservan del Atlas Cedid.
Aquí os hablé de algunos de ellos: Los primeros mapas regionales y el primer mapamundi.
Los mapas de T en O también han pasado ya por aquí.
Os dejo un enlace para que veáis esta joya, porque lo merece. Otro día hablaré de él en detalle, porque lo merece.
Otro tema que también se ha tratado por aquí, el problema de la longitud.
Aquí podéis echar un vistazo al mapa de Juan de la Cosa. Otro mapa que, aunque se haya hablado hasta aburrir de él, lo traeré algún día.
Me refiero al Handatlas de Stieler. Otra cosa más que tengo pendiente, por si fueran pocas.
Interesantísimo, Miguel, vaya síntesis y vaya joyita de infografía la del bibliotecario noruego.
De los mapas de T en O, me sorprende que el río Don tuviera tanta relevancia, probablemente por ignorancia. En comparación con el Nilo, es tres veces menos largo y caudaloso. Además de la importancia que históricamente ha tenido el baño del Nilo en Egipto y en las grandes civilizaciones de la antigüedad que dominaron la región (del reino ptolemaico al granero del imperio romano). Pero reconozco que me cuesta encontrar la relevancia histórica al río Don. Por no hablar de comparar ambos ríos con todo un mar como el Mediterráneo. Todo fuera por encajar lo de la T en O :)