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Buen martes a todos,
Si nos remontamos a los albores de la humanidad, habitábamos la tierra en forma de grupos nómadas que se desplazaban de un lugar a otro. Distintos grupos interactuaban de vez en cuando, se unían, se separaban o intercambiaban miembros. Hubo ocasiones en las que algunos grupos poblaron de forma continuada algún abrigo o alguna cueva, pero era cuestión de tiempo que continuasen la marcha cuando las circunstancias les obligasen.
Vagábamos por el planeta sin tener un sentimiento muy fuerte por la tierra, al menos hasta que comenzamos a asentarnos hace unos 10 000 años1. Establecimos templos, fundamos ciudades y dedicamos parte de la tierra a la agricultura, no necesariamente en ese orden2. Los asentamientos, inicialmente, tenían un territorio limitado que no entraba en conflicto con otros grupos cercanos. Pero el crecimiento de las ciudades y el aumento de la complejidad social generó las primeras fricciones.
En Mesopotamia los enfrentamientos entre ciudades fueron más o menos continuos hasta que se establecieron los primeros imperios. Con el paso de los siglos, los imperios se enfrentaron unos a otros para determinar el área de influencia sobre el que podían recolectar impuestos y agrandar sus arcas. Aquellas áreas de influencia de los imperios de la antigüedad eran algo muy distinto a lo que entendemos como frontera en la actualidad. Sin duda importaba a quién pagaban impuestos los habitantes de un asentamiento en el medio del Creciente Fértil, pero era irrelevante quién tenía el poder sobre un bosque totalmente deshabitado.

Con el Imperio Romano, la idea de territorio y frontera terrestre ganó complejidad, en parte gracias al uso del Danubio o de fortificaciones como la muralla de Adriano. Con el paso de los siglos y el aumento de los asentamientos, las fronteras son cada vez más importantes para determinar los territorios sobre los que gobernaba cada poder. Por lo general, estos coincidían con algún accidente geográfico, generalmente ríos y cadenas montañosas. En el momento en que los europeos comienzan su periodo colonialista, esta norma para establecer fronteras salta totalmente por los aires, y aparecen otras fronteras mucho más arbitrarias.
Tal y como afirma el título de esta entrada, en la actualidad hay 315 fronteras en el mundo, aunque igual que sucede en el caso de los países que hay en el mundo, depende de cómo las contemos. Para llegar a ese número me he basado por completo en este artículo, donde se obvian los países con un reconocimiento limitado y, además, se contabiliza únicamente como una única frontera entre dos países, aunque en algunos casos existan muchos tramos3.
No todas las fronteras son igual de relevantes, así que aquí os dejo algunas de las más interesantes.
La más vieja
Aquí muchas veces hay cierta discrepancia. Es común escuchar que Portugal y España tienen la frontera más antigua de la historia. Es cierto que la primera frontera se estableció con el Tratado de Zamora, en 1143, pero esta frontera tuvo muchas variaciones en los años posteriores, con diferentes tratados que se culminarían en el Acuerdo de Límites, en 1926, que es el que determina todos los detalles de la frontera actual.
La frontera que sí que se ha mantenido invariante desde el siglo XIII es la de Andorra. En 1278, el conde de Foix y el arzobispo de Urgel firmaron el Paréage de Andorra, mediante el cual ambos establecían una soberanía conjunta sobre el territorio actual de Andorra. Es cierto que, con el paso de los siglos, la soberanía ha cambiado, e incluso Andorra llegó a ser invadida por Francia en repetidas ocasiones, pero esto no quita que aquella frontera se haya mantenido vigente hasta nuestros días.

La más nueva
Esto es mucho más difícil. Las fronteras cambian continuamente, ya sea por acuerdos puntuales entre países, o por los múltiples conflictos internacionales que están en proceso. De hecho, la gran mayoría de las fronteras del mundo se definieron a lo largo del siglo XX, con más de 1200 kilómetros dibujados en lo que llevamos de siglo, tal y como muestra este mapa de Anders Kvernberg.

Por si eso no fuera poco, existen montones de conflictos territoriales, gracias a los cuales no se puede definir un listado de fronteras definitivo y acordado por todas las naciones del mundo. Algunas disputas tienen muchos años y no pasan de ser simbólicas, como es el caso de Olivenza, pero existen otros casos mucho más peliagudos, como las reclamaciones de China en Bután. Aquí os dejo otro mapa para que os hagáis a la idea. En verde, los países que no tienen absolutamente ninguna disputa territorial.

Volviendo a la frontera más moderna. En el momento de la publicación de este artículo, agosto de 2025, voy a tomar como la frontera más moderna la que hay actualmente entre Azerbaiyán y Armenia, ya que fue modificada en abril de 2024 con el cambio de soberanía sobre cuatro pueblos deshabitados. Y sí, obvio todos los conflictos armados y ocupaciones vigentes, puesto que no se pueden considerar cambios fronterizos como tal. Al menos hasta que haya un acuerdo entre las partes.
La más larga
Esta respuesta también puede ser más complicada de lo que pudiera parecer. En función de cómo esté definida una frontera, medirla también puede ser tan complicado como medir una costa. Si se trata únicamente de una línea recta, como es el caso en gran parte de la frontera entre Estados Unidos y Canadá, a priori no hay ningún problema. Pero si la frontera se define por un río, entonces podemos encontrarnos de nuevo con el mismo problema que el de la costa de Gran Bretaña.
Ignorando este hecho, tenemos dos respuestas posibles a la pregunta de cuál es la costa más larga. Si contamos todos los tramos de frontera que comparten dos países, entonces la frontera más larga sería la que separa a Canadá y Estados Unidos, que se divide fundamentalmente en dos tramos, en el que lindan los 48 estados contiguos con Canadá al norte, y en el que linda Alaska con Canadá al este. 8.893 kilómetros en total.

La frontera más larga de las dos es únicamente de 6.416 kilómetros, por lo que si quisiéramos contar únicamente el tramo más largo, entonces tendríamos que irnos a Rusia y Kazajistán, quienes comparten una frontera contigua de 7.644 kilómetros de distancia.

Esta frontera, como se puede observar, es bastante arbitraria. No sigue el trazado de ninguno de los importantes ríos que la atraviesan, y tiene unos recovecos que parecen a simple vista difíciles de explicar. Se definió originalmente en los primeros años de la Unión Soviética, con un cuestionable intento de crear naciones dentro del país que pudieran facilitar la estabilidad. Tras la caída de la URSS, la frontera pasó a ser automáticamente internacional, aunque tuvo que renegociarse entre 1999 y 2006 hasta tomar su trazado actual. Que sigue siendo harto de raro.
La más corta
Para terminar, quiero hablar de lo que es la frontera más corta del mundo, que tiene una respuesta tan problemática como el caso de la frontera más larga del mundo.
Si nos ceñimos a los dos países que comparten una frontera total con menos distancia, la respuesta la encontramos gracias al colonialismo europeo en África. El proceso de descolonización dio lugar al único punto en el que coinciden la frontera de cuatro países: Zambia, Zimbabue, Namibia y Botsuana. Y sí, tiene nombre: se llama cuatrifinio internacional.

Con esto, la respuesta podría ceñirse a que hay dos pares de países que comparten una frontera limitada a un único punto: Botsuana-Zambia y Zimbabue-Namibia. Pero tristemente, esta definición no es legal y esta frontera resulta ser mucho más mundana. Namibia y Zimbabue no comparten frontera, y la frontera entre Zambia y Botswana asciende hasta los 155 metros. Eso sí, es la frontera más corta entre dos países.

Pero al igual que con el caso de la frontera más larga, también podemos hablar de cuál es el tramo fronterizo más corto que divide dos estados. Esta respuesta la tendréis la gran mayoría de los lectores, al menos los españoles y los frikis de la geografía. Se trata de la escasa frontera que separa el Peñón de Vélez la Gomera, España, de Marruecos.

¿Os percatáis del detalle? Así es, en 1910 Vélez la Gomera aún era una isla, y así seguiría hasta 1930. Un terremoto con epicentro en Fez acercó la placa Africana contra la subplaca Ibérica, produciendo una leve elevación que facilitaría la elevación de unas rocas sobre el nivel del mar, contra las cuales la arena comenzó a amontonarse y formar un istmo. En la actualidad, casi cien años después, la arena acumulada ya ha incrementado la frontera hasta los 85 metros de longitud, siendo todavía la frontera más pequeña del mundo4.
El paso de grupos nómadas a grupos sedentarios es bastante complejo. Fue algo progresivo y ligado a muchos otros cambios en la historia de la humanidad, que es lo que muchas veces se conoce con el término Mesolítico. Por supuesto, hubo grupos que lo hicieron por sí mismos, otros por presiones externas y no todos en un mismo periodo de tiempo. De hecho, aún existen grupos nómadas en la actualidad.
De hecho, determinar el orden es parte de una de las preguntas más complejas de la historia: ¿qué nos llevó a crear las primeras ciudades? Hay muchos artículos y libros escritos en los que se evalúa el peso de distintos cambios sociales que llevaron a establecer esos primeros asentamientos y qué cosas aparecieron como una consecuencia.
El caso más destacado de esto es la frontera entre Bélgica y Países Bajos, entre los cuales existen en la actualidad 31 tramos fronterizos, gracias a los múltiples enclaves que existen. El caso extremo está en Baarle, tal y como podéis ver en este artículo de Diego González en Fronteras.
Este artículo del Faro de Melilla habla en detalle sobre el Peñón de Vélez la Gomera.