Buen martes a todos,
Me fascinan los cambios territoriales, no creo que sorprenda a nadie que lleve tiempo leyendo este rincón. Hace casi un año os traje por aquí un ejemplo de ello, el atlas de España publicado por Tomás López en 1804. Recorriendo todas las obras que este cartógrafo realizó a lo largo de su vida, se pueden apreciar algunos de los cambios que hubo en el siglo XVII en España, pero comparando su atlas y la actualidad se puede admirar lo mucho que ha cambiado la organización territorial.
Hoy quiero recuperar algunas de las muchas provincias que España tuvo en algún momento y que ahora ya están desaparecidas. Es algo que llevo años queriendo contar y nunca he encontrado el momento, pero hoy ha llegado el día.
La lista no es exhaustiva, en parte porque la denominación provincia tiene significados muy distintos a lo largo de la historia. No aparece ninguna de las provincias cuya denominación fue puramente nominativa, pero algo representativo de una cierta autonomía territorial, como es el caso de la provincia de Liébana. Tampoco aparecen algunas de las provincias que existieron al comienzo de la edad moderna, pero que no fueron capaces de mantener su estatus, como la provincia de los Nueve Valles o la provincia de Trujillo. Técnicamente, las provincias de Extremadura y Canarias también existieron por sí mismas antes de ser divididas, no obstante, como aún mantienen su estatus territorial en forma de comunidades autónomas, he decidido no hablar de ellas.
Y sin más, al lío.
Las antiguas provincias del Reino de Galicia
Para comenzar, me salto un poco las normas que yo mismo he marcado. Las provincias del Reino de Galicia se establecieron a finales del siglo XV y se mantuvieron durante toda la Edad Moderna, hasta la reforma territorial de Javier de Burgos en 1833. Aun así, es importante recalcar que estas provincias no tenían el mismo poder administrativo que las de Castilla, sino que ejercían las veces de partidos judiciales dentro de la unidad territorial del Reino de Galicia.
Las provincias de Galicia fueron siete. Los nombres de tres de ellas (Lugo, Orense y La Coruña) se mantuvieron a partir de 1833, aunque con unos límites distintos. Las otras cuatro desaparecieron:
Mondoñedo, ocupaba toda la costa de la actual provincia de Lugo.
Santiago, ocupaba gran parte de la actual provincia de A Coruña y el norte de la actual provincia de Pontevedra.
Tuy, ocupaba el sur de la actual provincia de Pontevedra.
Betanzos, ocupaba la zona este de la actual provincia de A Coruña
En 1833 también se creó la provincia de Pontevedra, dando la capitalidad a una ciudad que hasta aquel momento ni siquiera había sido cabeza de partido judicial, algo que no ocurrió en ningún otro punto de España.
La provincia de Toro
De todas las provincias históricas de Castilla durante la Edad Moderna, tan solo la provincia de Toro desapareció por completo. Con capital en Toro, esta provincia ocupaba la actual provincia de Palencia, parte del este de la provincia de Zamora y parte del sur de la provincia de Cantabria. Internamente, estaba dividida originalmente en cuatro partidos judiciales: Toro, Reynosa, Carrión de los Condes y Palencia.
El hecho de que la capital estuviera en Toro, en Zamora, separada de la gran parte de la provincia, en Palencia, supuso grandes tensiones administrativas que facilitaron que a mediados del siglo XVII el partido de Palencia se independizara y formara su propia provincia, dejando a la provincia de Toro dividida en tres partes. Las reformas de finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX dieron la puntilla a este territorio, borrándolo por completo de los mapas administrativos de España.
La provincia de Cartagena
En esa vorágine de cambios territoriales que ocurrió a finales del siglo XVIII, muchas provincias vieron la luz por primera vez. Siguiendo una real orden de 1801 se establecieron provincias como Alicante (escindida de Valencia), Cádiz (escindida de Sevilla), Málaga (escindida de Granada) o Santander (escindida de Burgos). Fue en este momento cuando nació la breve provincia de Cartagena, escindida de Murcia.
Inicialmente, ninguna de estas provincias contó con una administración territorial real más allá de la recaudación de impuestos. De hecho, inicialmente, ni siquiera tenían una demarcación territorial clara. Con la invasión de Napoleón, esta reforma administrativa no terminó de completarse y algunas de las ideas que se pusieron sobre la mesa, como el caso de la provincia de Cartagena, quedaron guardadas en un cajón y nunca volvieron a ver la luz1.
La provincia de Calatayud
A comienzos del siglo XIX era evidente que España necesitaba una reforma territorial que sustituyera la compleja administración histórica. Fueron hasta siete reformas las que se pusieron en marcha a lo largo del primer tercio de siglo hasta que la de Javier de Burgos de 1833 se convirtió en la definitiva. De todas ellas, quizá la más interesante fue la del trienio liberal, ya que sentó las bases de las provincias actuales y además tenía tres provincias que existieron durante un breve periodo de un año2.
La provincia de Calatayud se creó tomando gran parte del suroeste de la actual provincia de Zaragoza, junto a algunos territorios de las provincias de Teruel, Soria y Guadalajara. En su momento agrupó muchas poblaciones que tenían un importante peso demográfico, con más de 100.000 habitantes, cuando la población total de España era de apenas 11,5 millones de habitantes.
Con el fin del trienio liberal, este territorio se repartió entre sus provincias colindantes y, a pesar de que sí que existieron movimientos para recuperar su independencia, ninguno llegó a fraguar.
La provincia de Xàtiva
Esta provincia también nació durante el Trienio Liberal, pero en este caso había un gran peso histórico. Xàtiva había gozado durante el Reino de Valencia de un importante peso territorial, ya que tuvo una de las dos lugartenencias que se crearon en la gobernación de Valencia. A esto se añadieron múltiples derechos administrativos con las reformas de finales del siglo XVIII.
Todo cristalizó en 1822 con la creación de la nueva provincia de Xàtiva, la cual se extendía desde el Mediterráneo hasta la provincia de Chinchilla3, y desde el río Júcar al norte hasta la recién creada provincia de Alicante. Incluía muchos municipios que hoy gozan de gran peso en la Comunidad Valenciana, como es el caso de Gandía, Denia o Calpe. En 1823, la provincia desapareció, en parte por la presión que ejerció la Diputación de Valencia para que ese territorio pasar a formar parte de la provincia de Valencia.
La provincia del Vierzo
La tercera y última provincia creada y desaparecida durante el Trienio Liberal fue la provincia del Vierzo4. Al igual que en el caso de Xàtiva, esta región había gozado de un gran peso histórico. Gran parte de esta región estaba formada por el partido de Ponferrada, dentro de la antigua provincia de León, aunque popularmente ya se conocía en el siglo XVII y XVIII como la provincia del Vierzo, tal y como muestra Tomás López en este mapa de 1786.
En el momento de la creación de la provincia del Vierzo en 1822, la región agrupaba 86.365 habitantes. A pesar de que existió únicamente durante dos años, se convirtió en una de las provincias políticamente más convulsas, ya que acumuló tres gobernadores en este escaso periodo. Si bien la provincia desapareció, al igual que las de Calatayud y Xàtiva, en 1823, quizá sea la provincia desaparecida que ha tenido más movimientos para intentar recuperar su estatus, junto a Cartagena.
Las provincias África continental
En el año 1900, las colonias españolas de América y Filipinas ya eran historia, pero aún quedaban muchos restos coloniales en África, como era la norma en muchas otras potencias europeas. Durante la dictadura de Franco, se buscó equiparar todos los territorios, por lo que se otorgó a las colonias españolas en África el estatus de provincias, lo que supuso la adición de cuatro provincias a las 50 existentes.
La provincia del Sahara fue la que tuvo un recorrido más largo, desde su establecimiento en 1958 hasta el abandono de España en 1975, tras la marcha verde. Contaba únicamente con 23.000 habitantes, concentrados principalmente en la capital, El Aaiún. Fue la provincia número 51, relevante para los códigos postales, y la matrícula de sus vehículos fue SH. La economía de la provincia se mantuvo agrícola y a penas tuvo inversión de España.
La provincia de Ifni también se estableció en 1958, aunque esta se descolonizó en 1969, tras la fuerte presión de las Naciones Unidas y el conflicto con Marruecos. Tenía una extensión que se limitaba a los entornos de Sidi-Ifni y contaba con 15.000 habitantes. Fue la provincia número 52 y la matrícula utilizada en sus vehículos fue IF. En este caso, la economía estuvo centrada en la colonia militar que ya estaba establecida en la colonia.
En el golfo de Guinea España mantuvo otro foco colonial. Aquí el primer intento de establecer una provincia tuvo lugar en 1956, con la creación de la provincia del Golfo de Guinea. Tan solo tres años más tarde, esta provincia se dividió en dos, lo que supuso la aparición de la provincia de Río Muni (la zona continental) y la provincia de Fernando Poo (las actuales islas de Bioko y Annobón).
Fernando Poo se convirtió en la provincia número 53, con el código FP para sus matrículas. Tenía 37.000 habitantes y la capital estaba situada en Santa Isabel de Fernando Poo, que actualmente se conoce como Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial. Río Muni, por su parte, se convirtió en la provincia número 54, con el código RM en sus matrículas. Era la más poblada de todas las provincias de África, con 183.000 habitantes, y la capital estaba situada en Bata, que en la actualidad se ha convertido en la ciudad más poblada de toda Guinea Ecuatorial.
La descolonización del golfo de Guinea fue mucho menos turbulenta y conflictiva que el de las provincias de Marruecos. En 1964 la región alcanzó una autonomía que supuso el primer paso para lograr la independencia en 1968. De todas las provincias de ultramar, las que se formaron en el golfo de Guinea son las únicas que mantienen como idioma oficial el español.
El pasado 16 de abril se publicó mi primer libro, sobre la historia de la propaganda. Echad un vistazo si queréis más detalles… ¡Y corred la voz!
Y bueno, muchas gracias por la acogida. Se agradece.
En el mapa también se puede ver la provincia de Sanlúcar, aunque esta en realidad solo se definió como provincia marítima de cara al ejército, no de forma administrativa.
Técnicamente, fueron cuatro, ya que también se creó la provincia de Chinchilla, aunque esta se mantuvo con el paso de los años con un nombre distinto: provincia de Albacete.
Sí, la misma provincia que luego se convirtió en Albacete en 1860.
Escrito con V, a pesar de la convención actual que nombra a la región Bierzo, con B.
Fascinante Miguel.
Soy un enamorado de la Geografía y la Historia desde niño. Tu contenido siempre me transporta a tiempos pasados y me absorbe por completo. Siempre aprendo algo nuevo que desconocía.
Gracias por estar. ❤️
Muy interesante lo que cuentas, me ha sorprendido mucho la provincia de Liébana. Gracias.