Buen martes a todos,
Antes de leer más, tenéis que contestar a esta encuesta. No tengáis miedo, ni yo ni nadie podrá ver lo que habéis respondido. Hoy vamos a divertirnos.
Para los más ansiosos, para que no tengáis que ir hasta el final, os respondo ya: depende. Sí, sé que no es la respuesta precisa y satisfactoria que se suele esperar en los tiempos que corren, pero es la única respuesta que se puede dar en corto.
La larga es que hay muchas respuestas posibles a la pregunta, así como un conjunto de razones detrás de la que vosotros hayáis elegido. No hay respuesta incorrecta, pero sí que es interesante entender la historia que se esconde tras la idea de continente y por qué hay las discrepancias que hay.
Los continentes del viejo mundo
Para los griegos, el mar Egeo era el centro del mundo. A ambos lados se encontraban las tierras conocidas de Europa y Asia. Hacia el norte, ambas tierras estaban separadas por el estrecho de los Dardanelos y el mar Negro, hacia el sur por el gran mar Mediterráneo1. Esa clara división fue lo que llevó a los griegos de la antigüedad a denominar estas dos tierras continentes, entendido simplemente como tierras contiguas2.
Fue cuestión de tiempo que los propios griegos comenzaran a debatir sobre si Libia, nombre con el que se referían al norte de África, podía denominarse un continente o no. En el siglo VI a. C., Hecateo de Mileto reprodujo el mapa del mundo tal y como lo había descrito Anaximandro poco antes3. En él, se describían ya los tres continentes, con la separación clásica entre Europa y Asia, y utilizando el río Nilo para separar Asia de Libia.
En la edad antigua hubo muchas otras formas de entender el mundo. Los babilonios entendían que su capital estaba en el centro del mundo, y que esta estaba rodeada por una serie de regiones con características propias, hasta llegar a un gran océano en la parte exterior4. Los textos de la Antigua China hablan de un mundo dividido en nueve continentes o regiones, las cuales se correspondían con los distintos territorios e islas de su mundo conocido.
La idea griega de los tres continentes podría haber sido únicamente una forma más de las muchas que quedaron para la historia, si no fuera por Ptolomeo. Ptolomeo fue el culpable de uno de los libros más influyentes de la Antigua Grecia, Geographia, que, además de todo el conocimiento que logró preservar, también mantuvo una idea del mundo muy particular que logró cristalizar a lo largo de la Edad Media.
Antes de que Colón partiera del Puerto de Palos, el viejo continente había llegado al consenso de que el mundo estaba dividido en tres continentes. Europa estaba dividida de Asia por el estrecho de Dardanelos, el mar Negro y el río Don. África, por su parte, estaba dividida por Asia en el istmo de Suez. Colón consiguió llegar a tierra firme, a lo que creó que era la costa oriental de Asia, pero, a medida que más exploradores tomaron la nueva ruta, se hizo evidente que estaban ante un nuevo conjunto de tierras contiguas, ante un Nuevo Mundo.
En 1507, Martin Waldseemüller fue el primero en publicar un mapamundi en el que aparecían representada América separada de Asia y con océano en su costa oeste. Previamente, habían aparecido algunos mapas que mostraban las costas de América, pero no se dejaba claro que hubiera un océano que la separase de Asia. En este mapa, todo el conjunto de América aparecen como un continente independiente. Bueno, en realidad dos, ya que Waldseemüller muestra Norteamérica y Sudamérica totalmente separadas.
Los continentes en la Edad Contemporánea
Después de dar forma a América, los exploradores europeos también descubrieron Australia, en el año 1606, aunque por más de un siglo se consideró una parte más de Asia. Durante el siglo XVIII, algunos geógrafos comenzaron a plantear la posibilidad de que Australia no fuera una isla muy grande, sino un continente por sí mismo, algo que se convirtió en norma a partir del siglo XIX. Justo ese mismo siglo, el ruso Fabian Gottlieb von Bellingshausen descubrió las costas de la Antártida5, aunque no se consideró continente de forma convencional hasta mediados del siglo XX.
Este último detalle es clave. Seguramente, algunos de vosotros hayáis pensado al empezar a leer este artículo que el mundo se divide en cinco continentes, tal y como muestran los cinco anillos que simbolizan los Juegos Olímpicos.
Esta bandera se diseñó en 1913. La teoría más popular es que cada uno de los anillos simboliza cada uno de los continentes habitados: Europa (azul), África (negro), América (rojo), Asia (amarillo) y Oceanía (verde). Aparte de lo evidente, que es un simbolismo un tanto racista, parece ser que no fue la razón del diseño de Pierre de Coubertin. Esto fue lo que afirmó su autor en el congreso de París de 1914, cuando se aprobó su uso como bandera olímpica:
Además, los seis colores (con el fondo blanco de la bandera) así combinados representan a todas las naciones sin excepción. El azul y el amarillo de Suecia; el azul y el blanco de Grecia, los tricolores de Francia, Inglaterra y Estados Unidos de América, Alemania, Bélgica, Italia, Hungría, el amarillo y el rojo de España junto a las nuevas banderas de Brasil, Australia y a las del antiguo Japón y la joven China. He aquí un emblema verdaderamente internacional.
La idea de Coubertin era crear una bandera que, de algún modo, agrupase a todas las banderas del mundo, para que cualquier país pudiera sentirse de algún modo representado.
Es cierto que la Carta Olímpica incluyó durante un tiempo esa idea de que los cinco anillos representaban a los cinco continentes, pero es algo que se borró en 1951 por no estar en congruencia con el significado original del símbolo. Desde entonces, el Comité Olímpico ha insistido en que la idea es errónea y que no se debe promulgar como si fuera cierta.
En cualquier caso, cerrando el paréntesis de los anillos olímpicos, a mediados del siglo XX tenemos un mundo dividido en múltiples continentes. Algo como esto que se muestra este mapa de El Orden Mundial.
La realidad es que no hay consenso. Los sistemas educativos de distintos países establecen diferentes divisiones continentales, aunque casi todos ellos se agrupan entre los que consideran que hay seis continentes en el mundo y los que consideran que hay siete:
El modelo de siete continentes es el prevalente en el mundo anglosajón y es el más extendido en el mundo. Esto incluye países como Estados Unidos, India, Indonesia, China, Reino Unido, Alemania, Australia o Canadá.
El modelo de seis continentes (uniendo América) es el que se estudia en la mayoría de los países que hablan lenguas romances, además de Grecia. Esto incluye España, Italia, Portugal y toda Latinoamérica.
Parece una discrepancia simple, el problema estaría únicamente en considerar América un único continente o dos continentes independientes: Norteamérica y Sudamérica. Pero os he obviado un tercer modelo, el que se estudia en Rusia y algunos países de Europa del Este. También considera seis continentes, pero en este caso mantiene las dos Américas separadas y une Europa y Asia para formar Eurasia.
Los continentes según los geólogos
La idea de unificar Europa y Asia en Eurasia es sin duda atractiva. Después de todo, nos suelen enseñar que los continentes son grandes superficies de tierra rodeadas por agua, ¿qué pinta Europa como un continente independiente? Ya hemos visto que las razones son puramente históricas y culturales, así que desde un punto de vista geográfico, lo lógico sería considerar Europa y Asia un único continente: Eurasia.
Pero si nos ponemos exquisitos, ¿Eurasia no está unido también a África a través del istmo de Suez?6 Esto nos daría como resultado que únicamente existe un gran continente: Eurafrasia. O Afroeurasia. O Asieuroáfrica. De hecho, si echáis un vistazo a la entrada de la Wikipedia en español, hay hasta nueve formas de referirse a esta idea de continente, sin que ninguna sea la preferida.
Con el mismo razonamiento, podemos dar por finalizada la cuestión de América. Norteamérica y Sudamérica están unidas por Panamá7 y nos quedaría un mapa tal que así.
Con este modelo en mente, vamos a ahondar en la idea de que Australia es un continente. Me voy a centrar en Australia y no en la idea de Oceanía, ya que las islas que incluye Oceanía difícilmente entran en el concepto de tierras contiguas. ¿Qué límite tomamos para diferenciar que Groenlandia, con 2,2 millones de kilómetros cuadrados, es una isla, pero Australia, con 7,6 millones de kilómetros cuadrados, es un continente? Está claro que, de nuevo, es un límite arbitrario. Pero también es cierto que en algún sitio hay que poner el corte.
Si hablamos de la Antártida, también nos encontramos con problemas. Su extensión es el doble que la de Australia, con más de 14 millones de kilómetros cuadrados. O bueno, al menos cuando está vestida de su imponente capa de hielo. Si despojásemos a la Antártida de su capa de hielo, nos encontramos que, en realidad, debajo esconde un archipiélago8. Su isla principal tendría un tamaño que se encontraría entre Groenlandia y Australia, así que tendríamos que decidir si Groenlandia continuaría siendo la isla más grande del planeta o Australia el continente más pequeño. Con esta nueva masa terrestre en la Antártida, no podríamos tener las dos cosas a la vez.
Con todo esto, ¿qué opinan los geólogos? Pues los geólogos dicen que el concepto de continente no es científico, así que resulta una conversación sinsentido desde el punto de vista de la geología. Para ellos, en la que tiene sentido dividir la superficie terrestre sería mediante las placas tectónicas.
Las placas tectónicas son cada uno de los fragmentos en los que se divide la litosfera terrestre y que flotan sobre el manto terrestre. La clasificación más aceptada establece un total de 15 placas tectónicas principales y más de cuarenta secundarias. Todo ello se puede simplificar en un mapa como el siguiente.
De un vistazo se ve que esto no soluciona nuestro problema de los continentes, sino que lo complica aún más. La placa Africana, la placa Antártica y la placa Sudamericana son las únicas que se corresponden en su totalidad con el continente bajo el que están. La placa Euroasiática perdería la península Arábiga y el Indostán, y la placa Australiana incluiría múltiples islas de su entorno. La placa Norteamericana, por su parte, perdería parte del sur en favor de la placa del Caribe y le correspondería un buen cacho del este de Eurasia.
Entonces, ¿cuál es el número más correcto de continentes?
Volvemos a la respuesta original: no hay ninguno correcto. Todo lo que hemos visto hasta ahora son distintas convenciones que establecen un número de continentes en función de la historia, el contexto cultural y mucha, pero que mucha, arbitrariedad.
El pasado 16 de abril se publicó mi primer libro, sobre la historia de la propaganda. Echad un vistazo si queréis más detalles… ¡Y corred la voz!
Y bueno, muchas gracias por la acogida. Se agradece.
O simplemente el Gran Mar, como se conocía en la Antigua Grecia.
La palabra utilizada en griego era ἤπειρος, que significaba exactamente eso, tierras contiguas.
No tenemos ninguna copia original del mundo descrito por Anaximandro o de los dibujos de Hecateo, pero existen reproducciones que se basan en los escritos de otros pensadores griegos.
Sobre esto ya hablé en la newsletter hace unos meses, en el mapamundi babilonio.
Sobre esto también hablé hace unos meses en detalle: El descubrimiento y la conquista de la Antártida.
Aquí voy a ignorar que el canal de Suez existe, ya que es obra del ser humano.
También voy a ignorar que existe el canal de Panamá, por consistencia.
Todo esto sin tener en cuenta que si el hielo de la Antártida se fundiera, el nivel del mar subiría. La superficie terrestre también rebotaría y se elevaría cientos de metros al no estar bajo la presión de cinco kilómetros de hielo. Los cálculos reales serían mucho más complejos.
Me encanta! Super interesante. Nací en Costa Rica y cabe destacar dos cosas que nos enseñan desde la escuela, y que es parte del sentimiento general de la zona:
1. Centro América no es ni Norte ni Sur, es la tercera sección del continente Americano. Siempre se ha enseñado así, y es el sentimiento desde el punto de vista cultural: América tiene 3 secciones, norte, centro y sur. Curiosamente Panamá siempre se nombra por separado, con lo cual resulta en una especie de "país-isla" en ese sentido.
2. Costa Rica se define desde la educación temprana en su relación con las placas tectónicas Cocos y Caribe, algo que es muy peculiar (y por lo que desde pequeños nos entrenan para saber actuar ante los sismos y terremotos de cada año). Es un tema muy presente el de las placas, tanto así que podría decir es una de las definiciones del país que aprendes casi desde la cuna!
Así para aportar un poquito desde la perspectiva local. ¡Genial tu newsletter siempre! 🥰
Muy interesante.